Cuidados del césped: Como tener una pradera de foto

“Tener en el jardín una alfombra verde de césped sano no es difícil, pero requiere una serie de cuidados a lo largo del año para mantenerlo en un estado óptimo.”

Con el tiempo, el césped acaba compactándose, lo que impide a las raíces crecer en condiciones óptimas y recibir el agua que necesitan. Este problema se agrava cuando la tierra es arcillosa. La labor del aireado intenta compensar la compactación extrayendo pequeños terrones del suelo como si fuera un sacabocados.
Te proponemos estas tareas para el adecuado cuidado del césped en este momento del año en el que empieza a brotar. Ahora es cuando necesita oxigenarse, regenerarse, abonarse. Para ello sigue los consejos que te detallamos a continuación.cesped

· El recebado

Consiste en aplicar una pequeña capa de arena, mantillo o una mezcla de ambos sobre el césped. Esta labor está especialmente indicada tras el aireado, porque se rellenan los huecos con un nuevo sustrato más suelto que facilitará que las raíces se extiendan y la calidad del césped mejore.

· El escarificado

En muchos céspedes se suele acumular una capa de restos vegetales, musgo y tierra en la base de la hierba, que impermeabiliza el suelo y favorece la aparición de hongos y plagas. Para eliminar este colchón debes escarificar, es decir, arañar la superficie de la tierra. Puedes usar un rastrillo en superficies pequeñas, o una escarificadora en praderas más extensas. La frecuencia del escarificado dependerá del clima y la orientación del terreno. En zonas más sombrías y húmedas deberás hacerlo más a menudo, hasta una vez al año, pero en céspedes mejor situados no haría falta recurrir a esta labor en varios años.

· La resiembra

En ocasiones surgen calvas en el césped, donde deberás resembrar. Antes de hacerlo debes mejorar la zona donde se ha producido esa calva; para ello aplica mantillo y remueve el terreno ligeramente con una azadilla. Las mejores épocas son al inicio de la primavera o el otoño; evita las épocas de mucho calor o frío. Puedes aprovechar las labores de recebo para resembrar.

· El abonado

El mejor momento para abonar el césped es en primavera. En otoño y verano, para prepararlo para el estrés de temperatura (altas y bajas), es mejor utilizar un fertilizante potásico, y para la siembra, uno rico en fósforo. Lo más sencillo es recurrir a abonos específicos para césped, que suelen ser formulados sólidos de liberación lenta, es decir, que aportan los nutrientes necesarios a lo largo de varias semanas o meses. Otra opción es utilizar mantillo como abono, que además mejora la estructura y la actividad microbiana del suelo. Además, puedes aprovechar las labores de recebado tras un aireado para aplicar el mantillo.

· La escarda

En cualquier césped es normal que surjan malas hierbas que estropean su aspecto. Para prevenir su aparición siega la pradera con frecuencia y a la altura más baja que pemitan las cespitosas plantadas y la época del año. Esto mantendrá a raya a muchas inquilinas no deseadas, aunque deberás combinarlo con escardas manuales —sobre todo si la parcela es pequeña y cuando las malas hierbas son gramíneas— o químicas, aplicando un herbicida para hoja ancha.

Si en tu pradera aparece musgo, un buen abonado y unos escarificados regulares te permitirán reducir el problema. Si, por ser una zona sombría y húmeda, el musgo persiste, conviene que utilices un producto antimusgo.

FUENTE: https://www.verdeesvida.es/

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